Agremiados de SIMAVER toman oficinas de TEBAEV, acusan a su titular de no atender demandas de coordinadores de la zona de Coscomatepec
Leer másHace un año esta columna parecía impensable. Hace un año las noticias de la pandemia de Covid todavía eran tema de las páginas de información internacional y las asumíamos así: remotas, transpacíficas, trasatlánticas, en chino, en italiano y en español con acento ibérico.
Separados de ellas por el muro impenetrable de las pantallas de nuestros televisores, computadoras y teléfonos, las pensábamos incapaces de cruzar esa zona de seguridad y llegar hasta nosotros para tocar a nuestro entorno personal. Protegidos por la distancia, nos permitíamos la tranquilidad de verlas y leerlas con la misma serenidad con la que registramos, por decir algo, el estallido de una bomba en Siria.
Pronto sabríamos que estábamos equivocados y que nuestra sensación de seguridad era un espejismo. El primer caso en México se confirmó el 28 de febrero y la primera defunción el 18 de marzo. Después de eso, las cosas avanzaron con rapidez. Para mayo habíamos alcanzado el pico de lo que después sabríamos era la primera oleada.
Fue cuestión de tiempo para que conociéramos a una persona contagiada y de un poco de tiempo más para que el coronavirus se llevara a alguien a quien queríamos. Eventualmente, nosotras y nosotros mismos fuimos los contagiados.
¿Por qué escribo esto hoy? Porque esta mañana se vacunó al primer adulto mayor veracruzano de la población abierta -no médico-.
Hoy, por primera vez, el Covid fue una buena noticia y, esta vez, además, no vino del otro lado del mundo, sino que fue muy cercana.
Don Juan Rodríguez Villa, de Puente Nacional, fue vacunado gratis y no fue gracias a sus influencias, ni a su dinero, como ocurrían las cosas antes en México. Fue vacunado gracias a que tiene 73 años y a que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador está cumpliendo su palabra.
Con la vacunación de don Juan, el pueblo de Veracruz sabe que éste beneficio será para todas y todos.
Esta vez no fue un reducido grupo de privilegiados, con sus recursos y sus relaciones, los que acapararon la esperanza, la tranquilidad de su familia, la capacidad de dormir sin miedo, el sosiego de sentirse seguros.
Con don Juan Rodríguez Villa, a todas y todos en Veracruz sabemos que la vacuna está un paso más cerca de nosotros.
Y sabemos, también, que el rumbo de la guerra contra el Covid cambió hoy.
Diputado local. Presidente de la Junta de Coordinación Política.