Se habla de progreso en México y en Veracruz, pero mucha gente   sigue sin tener lo necesario para vivir: Arquidiócesis de Xalapa 

• No hay piso parejo para todos y no debemos continuar con el estilo de vida egoísta e insolidario, señala. 

Irineo Pérez Melo.- La Arquidiócesis de Xalapa lamentó que muchos sectores de la sociedad siguen con sus privilegios, proclamando a los cuatro vientos un progreso, pero mucha gente, en México y Veracruz, sigue sin tener lo necesario para vivir. ´ 

En el comunicado dominical emitido por la Oficina de Comunicación Social de esta asociación religiosa, dejó en claro la percepción que se tiene es de que “no hay piso parejo para todos”. 

En el documento, signado por el presbítero Juan Beristaín de los Santos, se sostiene que es claro para todos los creyentes que no debemos continuar con el estilo de vida egoísta e insolidario que estamos viviendo cada día.  

“Esta forma de vida no ayuda en nada a detener el deterioro del medio ambiente, a conseguir un salario con un poder adquisitivo suficiente para vivir con dignidad, a tener todos posibilidades de desarrollo integral”, se añade en el documento signado por el presbítero Juan Beristaín de los Santos. 

Por tal motivo pregunta con seriedad: ¿Por qué dejamos que los demás solucionen los problemas que todos debemos resolver juntos? Todos debemos estar al pendiente de todo lo que es común. Si los problemas los generamos todos, todos debemos resolverlos juntos., 

Refiere que la fe le da a cada cristiano una luz y una fuerza de voluntad para analizar con todo detalle cada problema que impide a la persona vivir con dignidad y con justicia. 

La justicia y la paz son exigencias específicas para todo creyente que quiere vivir el modo divino de fraternidad, solidaridad y generosidad entre las personas de su contexto, se señala en el comunicado.  

Finalmente, menciona que los tiempos que nos tocan vivir, por su exigencia de destino común, demandan que nos juntemos con los demás para compartir y vislumbrar un mejor estilo de vida. Vivimos en una sociedad muy desigual, acota por último.