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Irineo Pérez Melo.- La Arquidiócesis de Xalapa consideró que hoy más más que nunca los mexicanos necesitamos unirnos para “recuperar la justicia, la paz y a fraternidad hasta que recuperemos la dignidad y la responsabilidad de vivir con dignidad”.
Lo anterior se desprende del comunicado dominical emitido por la oficina de Comunicación Social de esta asociación religiosa, en donde se señala que hoy se requiere de la sociedad unirse para hacer frente a las circunstancias violentas, corrompidas e inseguras que imperan y amenazan la existencia humana.
Los creyentes estamos viviendo tiempos difíciles que requieren de la persona volver a la vida interior para valorarse uno mismo y a los demás. Vivir sin respetarnos aniquila nuestra personalidad y nos hace indiferentes a los demás, señala el documento signado por el presbítero Juan Beristaín de los Santos.
Refiere que la cuaresma es la gran oportunidad para sentir la presencia de Dios en nuestra vida personal y comunitaria. “La cuaresma es una gran ocasión para un autoexamen personal y grupal. Hoy vivimos de prisa y atendiendo lo urgente. Nos olvidamos de lo esencial en la vida. Pocos no nos detenemos a meditar y planear lo que es necesario para crecer como personas”, se añade en el comunicado.
Menciona que las redes sociales y los problemas económicos, sociales, políticos y culturales nos roban la serenidad y el tiempo para vivir con un ritmo existencial que nos permita disfrutar cada momento de la vida.
“Nos vemos bombardeados por una inmensa cantidad de ruido y actividades que nos impiden un tiempo para estar en silencio y en paz”, se agrega.
Además, sostiene que no reconocemos lo simple y sencillo de la vida; “nos estamos deshumanizando mucho con la mentira, el engaño, la violencia y la corrupción. Atentamos contra la naturaleza”.
“Nace en nuestro corazón un resentimiento contra la vida humana. Crece la cantidad de abortos, de asaltos a mano armada y pobres sin esperanza. La violencia no termina. Se vive en constante angustia. No se respetan los mínimos acuerdos de convivencia social. Existe un exagerado y desproporcionado derecho personal que olvida constantemente las obligaciones hacia los demás”.
Ante este panorama, se menciona que necesitamos mejorar como personas y velar y cuidar el bien de todos y el tiempo de cuaresma es un tiempo para mejorar como seres humanos, pero sobre todo para recordar que Dios es la fuente de renovación personal y cristiana.