- Hay conflicto de intereses, pues un familiar del agresor, tiene un cargo bastante influente en el Poder Judicial, acusa.
Irineo Pérez Melo.- A cuatro años de haber sido atacada con sosa caustica, María Carmen Márquez, víctima y sobreviviente de violencia ácida, recriminó que la Fiscalía General del Estado (FGE) “ni siquiera han citado al agresor, el cual está plenamente identificado, mucho menos han realizado los peritajes respectivos”.
En conferencia de prensa, consideró que en su caso hay conflicto de intereses, debido a que su familiar “tiene un cargo bastante influyente dentro de los Juzgados” y mientras sigue esperando justicia, que tarda en llegar pues su agresor, su expareja, sigue impune a más de cuatro años de haber sufrido la agresión que le desfiguró el rosto y gran parte del cuerpo.
Acompañada de Marcela Fuentes, diputada de la Ciudad de México promovente de la iniciativa de la Ley Malena, y de la diputada local electa Carola Viveros, la activista xalapeña, señaló que el hecho de no ser visibles ni tener un espacio para darnos a conocer, no quiere decir que no existamos, existimos, porque desgraciadamente nuestra recuperación es bastante lenta, la piel tarda muchísimo en recuperarse y los tratamientos son costosos.
En primera instancia se refirió a la aprobación de la reforma al Código Penal para proteger a las mujeres contra los ataques con ácido y tipificar este delito como intento de feminicidio (Ley Malena) “hace que a las víctimas de estos ataques es tener un poco de fe y vamos a conseguir un poco de justicia, porque pareciera que las víctimas es lo último que merecemos”.
Explicó que como “no morimos (por esos ataques), pues funcionamos, corremos, caminamos, hablamos, escuchamos, creen que por eso no merecemos justicia, pero ciertamente, no son lesiones, porque yo tengo ya cuatro años, fui agredida el 6 de octubre de 2020 por mi expareja y otra persona que se dice ser muy influyente, quienes dicen que no los voy a poder tocar y que nunca les haré nada, pero no me rendiré, voy a estar aquí”.
Recordó que ella fue agredida cerca de su domicilio en la Calle Moctezuma, en pleno centro de Xalapa, cuando regresaba de su trabajo, y una persona le arrojó el contenido de un frasco, que aparentemente era sosa caustica.
“En ese momento yo creí que iba a morir. Les soy sincera, en la vida no había sentido tanto dolor como ese día. Después de esto, dejo de trabajar porque fui internada dos meses en el hospital de Veracruz y mis hijos tuvieron que dejar la escuela, al quedarse sin madre, porque estuve internada dos meses en el hospital de Veracruz. Desgraciadamente todo eso crea la zozobra de que a lo mejor no vamos a sobrevivir a una de las tantas cirugías”, argumentó.
Dio a conocer que a la fecha lleva aproximadamente 15 cirugías, “y en todas siempre existe el riesgo de no despertar” e indicó que “para nosotras la justicia es una utopía, porque seguimos creyendo en la justicia y desgraciadamente la justicia no nos respalda, nos está dejando solas, nos está dejando morir”.
Mencionó que en su caso no hay nada, el presunto agresor “ni siquiera lo han mandado traer; a las personas que yo denuncié ni siquiera las han citado ni han hecho los peritajes correspondientes, a mí me deja pensar que hay conflicto de interés hacia otras personas”, denunció.
Denunció que posterior a ese intento de homicidio, también fue objeto de un atentado, el 6 de octubre en julio de 2018, al arrojarle una bomba molotov en su domicilio, de la que la Fiscalía General del Estado no hizo nada, argumentando que como no se encontraba en su domicilio, que era un atentado en contra de su patrimonio.
En el 2019, la siguen acosando, al amenazarla con difundir fotografía y videos íntimos, acudí a la FGE y le dijeron que no era un delito todavía y en el 2020 es cuando es agredida con ácido, añadió.
Por lo que recomendó a todas las féminas a estar alertas de todas estas “señales y amenazas que nos hacen, porque de nada sirve que vayamos con las autoridades y pedimos el apoyo, porque nos sentimos amenazadas e intimidadas, y lo único que hacen es minimizadas.
Nos obstante dijo, por último, seguimos creyendo en la justicia, pero desgraciadamente la justicia no nos respalda, nos está dejando sola, nos está dejando morir y a más de cuatro años, la agresión sufrida sigue sin recibir la justicia, y las veces que ha solicitado avances en la investigación, le responden que ella es la que tiene que hacerlo y buscar personalmente a su agresor e indicar su ubicación “para que nosotros le giremos un oficio”, concluyó.