Veracruzanos, contribuyentes cumplidos, reconoce Rocío Nahle
Leer másLo que yo pienso.
Por: Juan Javier Gómez Cazarín*
Ni duda cabe que el temple de las y los líderes se mide en tiempos de crisis. Cuando otras y otros se hubieran dejado llevar por la desesperación, la cabeza fría con la que se condujo la presidenta Claudia Sheinbam dio resultados que pocas y pocos esperaban.
Ya se sabe que en redes sociales -y en columnas de opinión- todo mundo es experto en todo. Yo no quiero dármelas de experto en política internacional, ni en comercio mundial, ni en psicología -lo digo por quienes parecen leer el pensamiento del presidente Donald Trump-, ni en política criminal.
De lo que sí puedo opinar es de la gran demostración de liderazgo de Claudia Sheinbaum, de su gran amor por México y de lo bien representadas y representados que estamos por ella.
Para empezar, por no “calentarse” con la obvia falta de respeto por la calumnia de que fue objeto y por no achicarse frente a Gobierno de Estados Unidos.
Hoy en la Mañanera del Pueblo, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, su antiguo rival por la candidatura presidencial, se lo reconoció y usó la palabra “orgullo” para referirse a la manera en que Claudia Sheinbaum salvó el día.
Quienes estamos en política y nos dedicamos al servicio público tenemos mucho qué aprender de Claudia Sheinbaum. Siempre lo he pensado y ahora lo compruebo.
Es cierto que los aranceles formalmente están aplazados sólo un mes, pero sí eso logró la Presidenta en una llamada de poco más de una hora, estoy seguro de que en 30 días tendrá mucho margen de maniobra para construir un acuerdo duradero.
El precio del dólar empezó a bajar este lunes, como signo de confianza de que México tiene una Jefa de Estado a la altura de las circunstancias.
Tampoco olvidemos algo: los 10 mil elementos de la Guardia Nacional en la frontera sirven también a los intereses de México, porque vigilarán la salida, pero también la entrada de lo que aquí no queremos.
A menos de un año de la elección de 2024, podemos confirmar -otra vez- que, con Claudia, México no se equivocó.