PERSPECTIVAS

EDITORIAL| 

La pasada elección municipal en la capital del estado deja a Daniela Griego como ganadora de la contienda con un amplio margen de ventaja, con una campaña austera sustentada en el territorio, en la máxima de López Obrador: hacer campaña casa por casa, y con el antecedente de una buena administración en el Instituto de Pensiones del Estado, logra el triunfo en las urnas con amplia ventaja.

La oposición apostó todo al discurso del “Taquero Mucho”, desfondando al PRI y al PAN, trasladando las estructuras electorales a este candidato. Con una campaña de aire, como siempre acostumbra MC, no tuvo soporte ninguna de las dos estrategias, porque simplemente tuvieron un mal candidato con un discurso pobre y ordinario que se leía como el menú de sus taquerías y el derroche monetario como propuestas.

Mala lectura es pensar que Román Moreno es el gran activo político de la oposición, quien no logró mantener el papel que tuvo el año anterior su padrino político Américo Zúñiga, quien logró una votación cerrada.

Román, con un modo agresivo y violento, trató de atacar a la puntera de la contienda, sin tener eco. Su logro —si es que así se le puede llamar— fue arrebatar el segundo lugar a sus antiguos compañeros, lo que se entiende fue el traslado de esas estructuras para MC, pero ya mermadas y que simplemente el discurso “más salsa” no generó identidad.

La onerosa campaña del candidato naranja, se notó.
“Regaló” agua mediante la renta de pipas, pagó luchadores que lo acompañaron en su eventos, un ejército de bots para redes sociales, publicidad en exceso y como cereza en el pastel, para el cierre de campaña la
Sonora Santanera.

Todo este derroche de recursos para un segundo y lejano lugar en la contienda municipal se quiere ver como un triunfo, cuando finalmente el paupérrimo resultado fue el traslado de las estructuras de su antigua militancia.

Y la gran pregunta es: ¿de dónde salió todo ese recurso? y ¿qué compromisos genera?

Se antoja poner una taquería, por sus evidentes jugosas utilidades; ojalá los salarios del personal sean bien pagados, sin escatimar recursos como en los gastos de campaña.

Citando al viejo Marx: “La historia se repite dos veces, primero como tragedia y después como farsa”.

En el caso de Américo, fue la gran tragedia.