*Se debe mantenerse atentos ante signos y síntomas del padecimiento, la cual no se traduce en menor capacidad intelectual: Ibáñez Ruelas.
Irineo Pérez Melo.- El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno de origen neurobiológico que influye en la configuración del sistema nervioso y funcionamiento cerebral, afectando dos áreas principales: la interacción social y la flexibilidad del pensamiento y conducta.
Esto lo aseguró Julissa del Rosario Ibáñez Ruelas, psiquiatra del Hospital General de Zona número 71 del Instituto Mexicano del Seguro Social Delegación Veracruz Norte, quien recomendó a padres y tutores permanecer atentos ante cualquier síntoma o signo del Trastorno del Espectro Austista.
Además, pidió hacer conciencia sobre este trastorno, recalcando que padecerlo no es sinónimo de menor capacidad intelectual; ni tampoco es considerado una enfermedad, sino una condición de vida, por lo que es importante no discriminar a las personas que lo padecen.
En entrevista, la especialista explicó que una de las señales puede presentarse dentro de los primeros seis meses de vida, cuando los niños no emiten gestos de desagrado o no sonríen y evitan mirar a los ojos a sus padres.
Además, este trastorno se identifica durante los tres primeros años de vida; al manifestarse la ausencia de interés en socializar con otros niños, el aislamiento, ausencia de juego simbólico; igualmente, poco o nulo contacto visual, negativa al contacto físico y la comunicación existente tiene un entendimiento literal, lo que conlleva a no entender chistes, bromas o metáforas, declaró.
Asimismo, la doctora mencionó que, en su mayoría, los niños con TEA presentan problemas con la interacción sociales; funcionando bajo conductas o intereses restrictivos o repetitivos, afectando en menor o mayor medida la comunicación, conducta, lenguaje e integración sensorial con el resto de las personas.