- El 2 de junio se tiene la gran oportunidad de promover la dignidad de la persona y su desarrollo integral: Arquidiócesis de Xalapa.
Irineo Pérez Melo.- El arte de escuchar y discernir para buscar el bien común, nos conduce a reconocer cualquier tipo de comunicación demagógica que no conduce al bien común y que oculta intereses individualistas, consideró la Arquidiócesis de Xalapa.
En el comunicado dominical emitido por la Oficina de Comunicación Social de esta asociación religiosa, se destaca también que, para ejercer correctamente el arte de escuchar y discernir como ejercicios necesarios, a fin de establecer las condiciones esenciales de una promoción humana permanente y de una verdadera justicia social para todos sin exclusión de nadie.
En ese contexto, recalca que el domingo 2 de junio, todos tenemos la gran oportunidad de promover la dignidad de la persona y su desarrollo integral, señala el comunicado signado por el presbítero Juan Beristaín de los Santos.
“Escuchar y discernir para buscar el bien común y reconocer la dignidad de la persona son un camino correcto de una verdadera acción política ciudadana que genere el verdadero cambio que necesitamos en nuestro estado de Veracruz”, refiere el documento.
Al hacer alusión al mensaje emitido por los obispos veracruzanos nos han brindado una luz orientadora para el actuar político de los creyentes al aclararnos que: “La caridad política supone un sentido social que supera toda mentalidad individualista”.
“La caridad social nos hace amar el bien común y nos lleva a buscar efectivamente el bien de todas las personas, consideradas no sólo individualmente, sino también en la dimensión social que las une”, se añade en el documento.
Cada uno es plenamente persona cuando pertenece a un pueblo, y, al mismo tiempo, no hay verdadero pueblo sin respeto al rostro de cada persona. Pueblo y persona son términos correlativos" (Mensaje de participación ciudadana 2024 de los obispos veracruzanos).
Se destaca que la gente tiene un rostro concreto y no es ético desfigurarlo en vagas generalizaciones, mucho menos desconocerlo. El arte de escuchar y discernir nos conduce a reconocer el bien común y la dignidad de cada persona como base esencial de todo programa de desarrollo integral, se señala por último.