Yunes, un infame y oportunista de la desgracia que vive el norte Veracruz: Esteban Bautista
Leer másEl Chueco, Osvaldo Taxilaga.
Tinta y tiempo.
Mientras escribía la entrega anterior, recordé muchos episodios en la vida pública donde me ha tocado luchar contra marea para incluirme en equipos de trabajo competitivos.
Por ejemplo, allá a mediados o finales del 2020, un amigo que trabaja temas electorales, -después de muchas fiestas y pláticas-, me invitó a una reunión con el dirigente del entonces nuevo partido Fuerza por México, después dos o tres reuniones, acepté incluirme.
Por estas fechas estaba laborando en la Secretaría de Trabajo, Previsión Social y Productividad, pero por los sucesos ocurridos en ese año, hubo cambios y no andaba haciendo cosas interesantes, que por cierto, me tocó en su momento coordinar la restauración del Sistema Valpar, que - en una definición resumida-, son diversas pruebas que meden las habilidades físico-mecánicas de los buscadores de empleo con discapacidad y adultos mayores, para hacerles un perfil de habilidades laborales y que sea más “fácil” vincularlos a una oferta de empleo.
SI, ESE MISMO QUE ACTUALMETE PRESUME EL TITULAR DE LA DEPENDENCIA EN SUS JORNADAS REGIONALES.
Y sí, los escribo en mayúsculas porque pareciera ser que utilizan deudas sociales como escenarios de propagandismo, le explico a usted querido lector.
Este sistema que consta de 21 pruebas, nació en 1987, impulsado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para un proyecto piloto en 5 países del continente, titulado, “Integración Normalizada de las Personas con Discapacidad en las Instituciones de Formación Profesional en Latinoamérica”.
Y ya que les estoy contando esto, vamos a analizarlo a detalle.
Ya después de esta nota a pie de página —que más bien parece ensayo— estando en Fuerza por México, durante una gira, salió el tema de las personas con discapacidad en la vida pública. Motivado por un amigo, le pregunté al presidente del partido si creía que las personas con discapacidad teníamos oportunidades reales de participar en la vida pública. Sin titubear me respondió que no, que a la sociedad todavía le faltaba mucho por “normalizar” a las personas con discapacidad.
Casi me bajo de la Suburban en ese momento. ¿Qué caso tiene trabajar en un equipo donde tu jefe no te tiene “normalizado”?
En fin. Con esa bandera me tocó subirme a la candidatura por la diputación local del distrito XXV, de donde soy. Iba a competir con Rafa Fararoni. Obviamente, no había condiciones para ser un candidato decente y competitivo, así que más adelante me cambiaron a la Regiduría Primera de Catemaco, lo cual acepté, a sabiendas de que el candidato no era de nuestro terruño, y mucho menos sabía de estos temas.
Pero a mí nadie me va a contar lo que es hacer campaña sin dinero, ni la frustración de querer hacer las cosas bien y no tener apoyo… Mientras tanto, qué rápido y bien le salían las empresas y propiedades al dueño del partido. Ahí estaban, luciendo ostentosas las prerrogativas.
Historias como la anterior tengo más de las que quisiera, y ya se las iré contando. Las considero muy importantes de discutir, a la luz de la razón y no del corazón. Porque tenemos una discriminación visible y otra invisible.
Por eso, las cuotas destinadas al sector discapacidad están siendo otorgadas a personas que responden a intereses de grupos políticos o que no tienen trayectoria pública, precisamente para no ser incómodas. Así se evita escuchar lo que no se ha hecho por el sector.
De esto hay dos ejemplos muy puntuales: nuestra diputada federal y nuestro diputado local, ambos con discapacidad adquirida.
La primera —a quien le tengo amistad y respeto— legisla sobre turismo accesible. Y sí, tiene mi apoyo, pero ¿en serio? Con tantos pendientes urgentes, como la accesibilidad universal, que sigue siendo un “llamado a misa” para ayuntamientos y constructoras por la falta de reglas claras del juego. Ya veremos la calidad de su iniciativa y su capacidad de cabildeo.
El segundo caso: me cuentan que al momento de su designación no llevaba ni año y medio viviendo con la discapacidad, ocasionada por un deslave durante un recorrido con su esposa, la alcaldesa de ese municipio. También me dijeron que antes de su postulación no lo habían visto en un evento público. Entonces, es poco probable que alguien que aún no conoce el sector proponga productos legislativos interesantes. Si no lo conoce ni lo ha trabajado, ¿cómo va a legislarlo?
Además, me cuentan que esa curul costó varios “favorcitos” a un personaje de Huatusco que trabajaba en el CEN de Morena y que ahora también ocupa una curul. A saber cuántas obras de aquel municipio costó ese regalito de la alcaldesa.
Tengo muy claro que mi vocación es el servicio público y que aún falta mucho camino por recorrer. Pero mientras nos quede voz, la esperanza no muere.
De otras historias como esta seguiremos platicando la próxima semana. Porque reza el dicho: el que embaraza, se le olvida; pero la embarazada, jamás.
PD1. Las crisis que está enfrentando la gobernadora no son políticas, son de comunicación, que no han podido salvar ni una y todo tiene nombre y apellido, le está saliendo muy caro el sobre consentido, y no, no es politiquería, no es la oposición, es el estado que tiene profundos vacíos en su comunicación institucional.
Aunado a esto, más de un titular que anda allá “limpiando” la zona, pero ¿ellos con todos sus mandos medios?, en dos o tres meses que la primera etapa de la contingencia haya pasado ¿Qué sigue? Y esas son decisiones de gabinete y no veo al gabinete arrastrando lápiz, todos buscan que “los vea la jefa”.
PD2. Qué bien la presidenta CSP, recorriendo, escuchando y resolviendo, esperemos que así siga hasta que todo vuelva a la cotidianidad, porque insisto no basta limpiar, también son escuelas, hospitales, espacios públicos, servicios básicos, étc, ya veremos.
PD3. La Universidad Veracruzana a la calle, me asusta, pero me gusta, los estudiantes están cobrando su esencia, pero me quedan muchas dudas si sus motivaciones vienen de otros intereses, lo que sí es que, a rectoría, le llueve sobre mojado, está sumergida en una crisis sin precedentes, y eso lastima la legitimidad y autonomía de mi amada U.V.
Ya tengo 33, la edad de cristo. Otro año, nuevas historias por vivir y contar.
Leo sus comentarios en soyelchueco@gmail.com.