Artículo de Opinión 19/Nov./2025 - 9:38 am

Usted se encuentra en: https://pasillolegislativo.com/nota/ver/42902/la-onu-en-el-mundo.html

La ONU en el mundo

Gilberto Nieto Aguilar

Cuando concluyó la II Guerra Mundial, las naciones estaban en ruinas y el mundo deseaba la paz. En San Francisco, California, se reunieron representantes de 50 países del 25 de abril al 26 de junio de 1945 para redactar y firmar la Carta que habría de crear una organización internacional con la esperanza de prevenir otra guerra mundial, y que dotara al planeta de un lugar donde reunirse para debatir problemas comunes y encontrar soluciones compartidas en beneficio de la humanidad.

La Carta de la ONU fue concebida como un relevo de la Liga o Sociedad de Naciones, con la convicción de que se precisaba un organismo más fuerte, con mayor autoridad y que fuera incluyente, pues en particular se pensó en incorporar a las grandes potencias derrotadas a pesar de las imágenes de horror de los campos de concentración nazi que hicieron evidente la necesidad de proteger los derechos humanos y establecer mecanismos de justicia internacional.

El 24 de octubre pasado se cumplieron 80 años de la entrada en vigor de la Carta de la Naciones Unidas. Los derechos y obligaciones de los Estados Miembros oscilan entre los propósitos de buscar y mantener la paz y la seguridad internacional, promover el progreso social y los derechos humanos. En la actualidad la ONU enfrenta nuevos desafíos para adaptarse y fortalecerse, trabajando en la Agenda 2030, el Pacto por el Futuro y la iniciativa ONU80 que busca renovar la cooperación internacional y ampliar su campo de acción en todo el mundo.

Cuando se elaboró la Carta, se estimaban alrededor de 40 millones de expulsados, refugiados y desplazados que deambulaban por Europa en mayo de 1945. Había, además, ciudades destruidas, industria paralizada, interrupción del comercio internacional y economías arruinadas. Ante el estado de caos, los aliados vencedores delinearon la estructura del nuevo organismo, destacando Estados Unidos, Unión Soviética, Reino Unido, China y Francia, los cuales adquirieron el estatus de miembros permanentes del Consejo de Seguridad, con poder de veto.

El anhelo de un árbitro que conciliara en los conflictos entre naciones era muy noble, aun bajos los intereses particulares de las grande potencias. El peso sobre las decisiones del nuevo organismo apenas estaría a prueba frente a los bloques creados por dos potencias (USA y URSS) y la “guerra fría”, sólo contenida por las armas cada vez más poderosas y la amenaza de una destrucción total. Mientras, la historia moderna de Asia se estaba escribiendo con una gran rapidez, África habría de darle al mundo escenas de hambrunas, tiranos y déspotas y América Latina lucharía contra el subdesarrollo enraizado y la búsqueda de formas de gobierno más eficaces, menos autoritarias y déspotas. Un panorama bastante desolador.

La ONU deja mucho a deber. La autonomía de las naciones impide el equilibrio y la equidad internacional; las grandes religiones han impuesto su impronta; las tradiciones y costumbres ancestrales, llenas de una sabiduría que hoy no se comprende ni se comparte, han sido un pretexto para mantener el bajo desarrollo humanitario; las estructuras sociales se tambalean por ideas progresistas mal aplicadas; se da importancia a lo menos que sacrifica a otros pero deja una ganancia personal, porque lo más sólo deja satisfacciones para la población. El feroz devorador del hombre sigue siendo el hombre.

La ONU no ha sido la solución para tantos problemas que se viven, como tampoco lo son muchos gobiernos represivos de países de distintas regiones del mundo: Latinoamérica (entre ellos México); África, Asia Central, Oriente Medio, etcétera. Estados en guerra constante, subdesarrollo y rezago, avorazamiento económico de las industrias transnacionales. Y mucho más.

gnietoa@hotmail.com

contador usuarios online